La dimensión de la movilidad humana de las crisis es cada vez más relevante, ya que producen flujos migratorios más complejos y de gran escala. Sin embargo, la respuesta de los Estados y la comunidad internacional frente a una crisis migratoria en muchas ocasiones es reactiva, siendo uno de los retos el aumentar las capacidades de los tomadores de decisión en planificar y desarrollar planes de contingencia frente a un movimiento humano de gran escala.

Consciente de este reto, la OIM, a través del Programa Regional sobre Migración Mesoamérica-Caribe, está trabajando en el desarrollo de un software de aprendizaje, con el cual, mediante una metodología de "aprender haciendo", los funcionarios de los gobiernos podrán comprender mejor cómo un país puede y debe prepararse y atender una crisis migratoria.  El software simulará crisis migratorias en un país ficticio y la tarea del usuario será administrar dichos flujos, en base a las mejores prácticas internacionales y lineamientos tales como la iniciativa MICIC (Migrants in Countries in Crisis) y el Marco Operativo para Crisis Migratorias (MCOF).

La simulación inicia con un estudio de caso proporcionado por el software. Debido a que la gestión de crisis migratorias involucra muchas dimensiones, el simulador permitirá a los usuarios visualizar las consecuencias e implicaciones de tomar diferentes decisiones.

El énfasis no se encuentra en el desastre o la causa de la crisis migratoria, sino en la respuesta. Esto fortalecerá las capacidades del gobierno ante la eventualidad de un caso real.

“El objetivo es que las personas que trabajan en los gobiernos puedan tener una mejor preparación para responder a flujos migratorios en contextos de crisis. El simulador permite visualizar distintos escenarios, y las consecuencias que implica según la decisión que se tome” explicó Graciela Incer, Especialista técnica del Programa Regional sobre Migración Mesoamérica-Caribe.

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