COVID-19 no detuvo al Programa Regional sobre Migración: países reportan éxito en creación de capacidades durante 2020
Este mes de octubre 2020, la OIM presentó ante sus contrapartes los logros de los últimos 12 meses del Programa Regional sobre Migración. Esta devolución se dio en el marco de la reunión anual de planificación del programa, realizada este año de manera totalmente virtual entre los once países donde se implementa esta iniciativa de la OIM. La constante entre panelistas fue destacar la adaptación exitosa a los desafíos planteados por la COVID-19 en los cuatro ejes del programa: la gestión migratoria, alianzas, preparación ante crisis migratorias y comunicación para el desarrollo.
“El Programa Regional sobre Migración es una de las iniciativas más sostenidas e importantes de la OIM en esta región”, destacó Michele Klein-Solomon, directora regional de la OIM para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe. “Particularmente en el difícil contexto de la pandemia, y teniendo un componente fuerte sobre migración laboral, este Programa será una herramienta poderosa para contribuir a incluir a los migrantes en los esfuerzos de recuperación socioeconómica”.
En este espacio participaron los principales oficiales de gobierno que implementan el programa con la OIM, representantes del país donante, invitados especiales y las distintas oficinas de la OIM que proveen expertos y asistencia técnica a dichos gobiernos para lograr convertir la migración en la región en una opción más segura. En total, fueron más de 20 sesiones de intercambio a lo largo del mes, con un promedio superior a 50 participantes en cada una.
Un año de adaptación ante la crisis
Entre los logros mencionados por los participantes se destacó el fortalecimiento de herramientas virtuales de las que ya disponía la OIM, como la plataforma E-Campus, la cual permitió una rápida adaptación a las nuevas realidades del trabajo de los funcionarios de migración generadas por la COVID-19. Esta fue promocionada tanto con el público general (lográndose, por ejemplo, que más de 7.000 personas completaran cursos en El Salvador), como estableciéndose alianzas clave y acuerdos de cooperación para que instituciones usen la plataforma como parte de sus actividades de formación (por ejemplo, la OIM República Dominicana firmó un memorándum de entendimiento con la Escuela del Instituto Nacional de Migración).
Igualmente, el programa de la OIM apoyó importantes avances para fortalecer las capacidades de los países en la gestión de la migración laboral e incentivar la integración socioeconómica de las poblaciones migrantes, a través, por ejemplo, de la expansión del mecanismo de canalización laboral (MECAL) en México. Otros países, como Costa Rica, agilizaron los mecanismos de regularización de las personas migrantes, mientras que Honduras y Belice pudieron sentar sólidas bases para el desarrollo de políticas migratorias integrales.
"Nos están ayudando a fortalecer nuestras capacidades en esta política que estamos desarrollando, incluyendo tanto actores políticos como de la sociedad civil. Queremos obtener una política pública más consultada y socializada, que nos permita dar una mejor atención a nuestra gente y a las personas migrantes en tránsito”, explicó Ricardo Montes, Viceministro de Justicia de la Secretaría de Gobernación, Justicia y Descentralización de Honduras.
En el ámbito de la promoción de alianzas y cooperación, las actividades regionales prosiguieron de forma virtual, lográndose el intercambio de experiencias entre Estados y agencias de las Naciones Unidas a pesar de la distancia. En el marco de la Conferencia Regional sobre Migración (CRM), se discutieron temas tan importantes como la lucha contra el tráfico ilícito de migrantes, el rol de la migración laboral en la recuperación socioeconómica o la protección de los niños, niñas y adolescentes migrantes, para citar algunos. A pesar de la COVID-19, el programa logró también apoyar la celebración de reuniones de mesas transfronterizas sobre migración entre Guatemala, Honduras y El Salvador, en un momento clave donde las fronteras estaban por reabrirse.
En lo relativo a los ejes de Emergencias y Comunicación, el trabajo se vio estrechamente vinculado durante el 2020. La OIM repensó sus procesos de comunicación para el desarrollo con comunidades, al integrar nuevos enfoques para responder a las inquietudes ante la COVID-19 y el cierre de las fronteras. Así, el equipo de OIM Panamá lideró la respuesta interagencial sobre las personas migrantes varadas en estaciones de recepción migratorias, abriendo canales de comunicación en el idioma nativo de las personas migrantes para reducir el estrés causado por la misma situación y la falta de información confiable sobre el futuro cercano.
Al mismo tiempo, la OIM brindó su cooperación en varios países para mejorar las condiciones de vida en los centros para migrantes. En el norte de Centroamérica se preparó junto a seis comunidades una campaña para atender los desafíos de las personas jóvenes para reconocer fuentes y datos confiables sobre la migración en el contexto de la COVID-19.
Laura Sánchez, asesora de la Dirección General de Migración y Extranjería en Costa Rica destacó el apoyo de la OIM para lograr la adaptación al panorama de crisis: "los proyectos que se habían planteado en 2019 han debido adaptarse y modificarse para hacer frente a los nuevos retos que hemos enfrentado este año. Hemos realizado un esfuerzo para no dejar desamparadas a las personas migrantes que están en el país, tanto regular como irregularmente".
El Programa Regional sobre Migración ha completado diez años trabajando en América Central, México y el Caribe para fortalecer las capacidades gubernamentales en la gestión de los retos que puede plantear la migración y maximizar sus beneficios. El programa de la OIM cuenta con la contribución generosa de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los Estados Unidos.